COPACABANA


Hace más de tres años en Copacabana.....

La virgen de la frontera

Visitar a la santa milagrosa resulta todo un trajín. Los vehículos que trasladan a los peregrinos deben de esperar unas tres horas para pasar la línea de frontera en Kasani. Las colas de los bólidos se extienden en más de tres kilómetros, situación que induce a los visitantes a abordar otra unidad para llegar al límite fronterizo.

Los grupos de familias que han partido desde algún punto del país y que en la mayoría han llegado con sus autos deben de esperar los trámites paras sacar sus vehículos y así, partir a la ciudad de Copacabana.

Ya en Kasani, el precio de los pasajes para llegar hasta la península varía, desde un nuevo sol o sol cincuenta ó dos a tres pesos bolivianos. Antes de trasladarse al lugar es recomendable cambiar el nuevo sol a bolivianos. Sólo quince minutos distan desde la línea frontera hasta el santuario de la virgen, trasladándose en auto.

La ciudad que alberga a la virgen morena por estas fechas es muy concurrida por los fieles y curiosos. Los miembros de la policía nacional del Perú aseguran que días previos a la celebración central, diariamente se ha contabilizado la salida de cuatro mil unidades vehiculares, de los cuáles en más de un 50% han predominado autos del departamento de Arequipa.

Los lugareños de la hermana república de Bolivia aseguran que de diez personas que visitan a la mamita de Copacabana, ocho son peruanos. “La gente sabe que no debe mentirle a la virgen porque ésta es celosa. No deben prometer algo que no pueden cumplir, de lo contrario ésta los castigará”, aseguran.

De la virgen

La catedral de Copacabana está inmersa de fieles y devotos, quiénes prenden un adorno en su manto como muestra de cariño. En las afueras de la catedral, está una réplica de la imagen. Cientos forman colas para tocar su escultura y rozar los fajos de billetes, vehículos y casas de alasitas –cosas en miniaturas- por su cuerpo. Otros en cambio le agradecen por las cosas que han “recibido”.

Las calles están abarrotadas de comerciantes que hacen su agosto. Los bolivianos prefieren cobrar en nuevo sol antes que en peso boliviano porque al cambiarlo ganan algunos centavos más.

Al calvario "El Mirador del Lago"

Los turistas y fieles emprenden una travesía al ascender unos más de dos kilómetros del cerro denominado El Calvario. Aunque en el camino se han instalado comerciantes de alasitas, lo que hace más agradable la escala.

Las creencias indican que uno debe de comprar todo lo que anhela en alasitas y luego pedírselo a la virgen con mucha fe. Por ello que mientras se va subiendo, la gente adquiere autos, casas y otros bienes.

A poco de llegar al destino, la cumbre del apu, cientos de curanderos o maestros como les llaman, hacen el pago a la pachamama o madre tierra. En la región, los curanderos de Kasani o Yunguyo son catalogados como los profesionales de este oficio. En el camino empinado, también existen otros quiénes por el pago de dos a tres nuevos soles, bendicen los objetos de alasitas.

En la cumbre de El Calavario, existe otra réplica de la virgen. Los devotos aseguran que esta es muy milagrosa. Para tocarla hacen una cola extensa, lo que impide el paso de otros fieles.

Otros aprovechan para pasar la horca del Inca. Dicen que si uno no logra traspasarla podría morir o de lo contrario si el paso resulta fácil anuncia un buen augurio. Por los días de fiesta muchos se animan a pasar el hoyo para ello tienen que esperar las colas de los creyentes.

La boca del sapo

El sapo para los chamanes o curanderos significa dinero. La visita de los creyentes no termina con acudir al templo y subir El calvario como forma de penitencia, sino también navegar hasta el lugar denominado la boca del sapo.

Para trasladarse hasta el lugar se tiene que emprender un viaje en lancha por el pago de 5 pesos bolivianos. En el lugar se debe esperar el paso de los creyentes que con una botella de champagne en mano arrojan la botella a la boca del sapo.

La creencia indica que si la botella es rota en la boca del sapo será un buen año. No romperla en la boca augura mala suerte.

Ticos en la playa

Miles de vehículos yacen en las playas del lago. Familias enteras challan los bienes adquiridos en el año y le agradecen a la virgen milagrosa.

Los ticos amarillos invadieron la bahía de la ciudad. Los arequipeños que llegaron hasta el lugar aseguraban que la distancia entre su departamento y Copacabana se acortaba por la fe que le tiene a la santa milagrosa.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
HOLA PATY MUY BUENA SU BLOG

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