NO TODO ES FÁCIL
No todo es fácil en esta vida y lo he corroborado aún más en los últimos cinco años en los que vivo alejada de mis papás, que siempre me consintieron con todo. No es fácil, aunque ellos me enseñaron a ganarme el pan de cada día.
Ahora que mi bebe ya tiene seis meses de gestación algunas personas me han dicho que eso me afectará en el trabajo. Se que a veces duermo un poco más de lo debido, pero no creo que sea la primera y la última mujer que pase esta situación.
Se que no será tan fácil dejar a mi bebe e irme al trabajo, pero de seguro que mi hijo lo entenderá algún día. Es que las cosas que hago es por él o ella, para que sienta orgullo de su madre y camine por las calles de Juliaca y diga ella es mi mami, tan linda, tan buena, tan tan tan… jajaja (no soy tan amable que digamos)
No se porque me hicieron esa observación, talvez porque caminaba como pato, porque al parecer se me estiraron unos nervios de la pierna izquierda. Si, así estoy. Caminando de poco a poco, porque quiero recuperarme y así reiniciar con las caminatas de tres cuadras para llegar al trabajo y mi parto sea un poco fácil.
La verdad aun no entiendo, ya que solo hace un mes viajé a Lima poco menos de 48 horas en un bus interprovincial y no había sentido estos dolores, pues el último fin de semana viajé vía aérea y estuve sentada solo un par de horas.
Ah si, no les había contado que viajé a la ciudad capital y me reuní con gente de varias regiones, aunque decían que éramos de provincias. Conocí a gente de Piura, Chimbote y el nuevo Chimbote, Cajamarca, Trujillo, Chiclayo, Cusco y Arequipa.
La verdad que a veces soy un poco reservada y solo muestro confianza cuando conozco algo más de una persona, aunque cuento todo por este blog. No se qué percepción tuvieron de mi, pero todos se recordarán de mi, porque no pasé desapercibida. Solo a la llegada el profesor piurano mexicano me presentó ante todos y pidió bendición para mi bebe.
Fui una de las más engreídas de la cita que duró tres días y me concedían un asiento preferencial. En mi barriga, mi bebe probó de todo. Hamburguesas, pollo limeño, chifa en el Hong Kong y en Puro Perú me comí casi todas las comidas que ofrecían en el bufet.
En esa estadía caminé tanto que al final del evento terminé con las patas adoloridas. Conocí Barranco y hasta vi el mar. Me tomé foto con una vaca que era muy singular y estaba en la plaza de armas. El último día me divertí aún más en el circuito del agua, y me asombró la obra de Castañeda Lossio, por lo maravilloso que se hacía con la tecnología y el líquido elemento.
El último medio día de estadía no fue tan bonito que digamos. Creo que caminar las cinco cuadras me chocó, pues tuve que hacer el recorrido para comer el caldo de gallina, no podía regresar de Lima sin haber probado ese suculento plato, que siempre pruebo, a la hora que sea.
Ahora que mi bebe ya tiene seis meses de gestación algunas personas me han dicho que eso me afectará en el trabajo. Se que a veces duermo un poco más de lo debido, pero no creo que sea la primera y la última mujer que pase esta situación.
Se que no será tan fácil dejar a mi bebe e irme al trabajo, pero de seguro que mi hijo lo entenderá algún día. Es que las cosas que hago es por él o ella, para que sienta orgullo de su madre y camine por las calles de Juliaca y diga ella es mi mami, tan linda, tan buena, tan tan tan… jajaja (no soy tan amable que digamos)
No se porque me hicieron esa observación, talvez porque caminaba como pato, porque al parecer se me estiraron unos nervios de la pierna izquierda. Si, así estoy. Caminando de poco a poco, porque quiero recuperarme y así reiniciar con las caminatas de tres cuadras para llegar al trabajo y mi parto sea un poco fácil.
La verdad aun no entiendo, ya que solo hace un mes viajé a Lima poco menos de 48 horas en un bus interprovincial y no había sentido estos dolores, pues el último fin de semana viajé vía aérea y estuve sentada solo un par de horas.
Ah si, no les había contado que viajé a la ciudad capital y me reuní con gente de varias regiones, aunque decían que éramos de provincias. Conocí a gente de Piura, Chimbote y el nuevo Chimbote, Cajamarca, Trujillo, Chiclayo, Cusco y Arequipa.
La verdad que a veces soy un poco reservada y solo muestro confianza cuando conozco algo más de una persona, aunque cuento todo por este blog. No se qué percepción tuvieron de mi, pero todos se recordarán de mi, porque no pasé desapercibida. Solo a la llegada el profesor piurano mexicano me presentó ante todos y pidió bendición para mi bebe.
Fui una de las más engreídas de la cita que duró tres días y me concedían un asiento preferencial. En mi barriga, mi bebe probó de todo. Hamburguesas, pollo limeño, chifa en el Hong Kong y en Puro Perú me comí casi todas las comidas que ofrecían en el bufet.
En esa estadía caminé tanto que al final del evento terminé con las patas adoloridas. Conocí Barranco y hasta vi el mar. Me tomé foto con una vaca que era muy singular y estaba en la plaza de armas. El último día me divertí aún más en el circuito del agua, y me asombró la obra de Castañeda Lossio, por lo maravilloso que se hacía con la tecnología y el líquido elemento.
El último medio día de estadía no fue tan bonito que digamos. Creo que caminar las cinco cuadras me chocó, pues tuve que hacer el recorrido para comer el caldo de gallina, no podía regresar de Lima sin haber probado ese suculento plato, que siempre pruebo, a la hora que sea.
Los dolores lo sentí en un super mercado del que ahora no recuerdo su nombre. Alli acudí a comprar algunas cosillas para la gente de Juliaca, pues de seguro esperaban que no llegue con las manos vacías. Tuve que tomar un taxi por cuatro cuadras para llegar al hospedaje que para mi suerte tenía ascensor.
Si no es fácil todo, pero como siempre digo a la gente, las cosas pasan por algo. De seguro que en un par de días estaré como nueva y caminaré una cuadra más diariamente. Jajajja.
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