AÚN SITIADOS POR LOS MINEROS

Toda la semana tuve que caminar para llegar a mi trabajo. A veces suelo hacerlo cuando medito mucho, pero en los últimos meses no me he dado tiempo, debido a otras preocupaciones.

Caminé cuadras de cuadras, ya que según los dirigentes de la central de barrios, la gente de Juliaca, ciudad en la que vivo, paralizaban sus acciones, por protestas en contra del gobierno central.

Luego de los tres días de protestas, los gremios que llamaron al paro, a mi parecer no consiguieron nada bueno, y su pretensión fue opacada por similar acción que fuera protagonizada por miles de mineros del distrito de Ananea.

A las 7 y 45 de la noche del jueves 9 de julio, Juliaca aún sigue paralizada, y sus pobladores, que en la mayoría se dedican al comercio, me atrevo a decir que un 80 por ciento subsiste por las transacciones comerciales, fueron los más afectados.

La paralización podría prolongarse, debido a que los mineros de Ananea nos tienen sitiados, ya que éstos nos tomaron como rehenes, exigiendo sus demandas. Ellos quieren que el presidente regional, Hernán Fuentes y el gobierno central, les construyan carreteras, les instalen un banco de la nación y otros pedidos.

La vez que visite La Rinconada, vi de cerca esta necesidad que les urge. Ellos no tienen agua potable y por cada balde del líquido, tienen que pagar la suma de medio nuevo sol. Tienen que caminar sobre el fango que tiene el olor a cerveza.

Cuando visité la zona, jamás pensé que podía aglomerar a tanta gente, de seguro que todos ellos estaban trabajando en los socavones, por eso que no los vi, ya que soy muy detallista.

Los mineros y los que viven por la transacción comercial en la mina, son miles. Ayer desde la ventana, de la oficina donde trabajo, pude notarlos. Eran más quince mil, pues demoraron en pasar casi 45 minutos y caminando rápido, como ellos saben hacerlo.

La verdad no sé en qué quedará. Unos conocidos que trabajaron en La Rinconada y Lunar de Oro, dicen que sería en vano que se asfalten las vías hacia allá, ya que a sus cálculos, el oro sólo duraría unos 20 años más.

Es decir, que si no hay oro, ellos regresarían a sus tierras y a Juliaca, donde tienen propiedades. Entonces de qué serviría tanta inversión, para solo unos 20 años, mientras Puno, tiene tantas provincias, como la selva que requieren de carreteras para trasladar sus naranjas y otras frutas y así dejar de sembrar coca, que a veces es destinada a la elaboración de droga.

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