Trata de mujeres en La Rinconada




Encarceladas de día en pequeñas viviendas se encuentran decenas de adolescentes bolivianas y peruanas que llegaron a la mina La Rinconada con la promesa de un supuesto trabajo de domésticas o meseras por el cual recibirían oro. A partir de las 20 horas empieza su pesadilla: deben beber licor y vender su cuerpo a los trajadores mineros que son clientes de los bares nocturnos de esta zona.

Son “cárceles heladas”, a las que llegaron con la ilusión de elevar sus ingresos económicos. Entre extranjeras y compatriotas no sólo deben soportar los 15 grados bajo cero que se registra en la zona aurífera, sino también los abusos de sus proxenetas. La cantidad de estas “presas menores” se calcula en cuatrocientas, pues son 180 los locales que existen en La Rinconada.La primera pista


Con el rescate de dos menores de nacionalidad boliviana en setiembre del año 2006 de un bar del centro poblado La Rinconada que se ubica en el distrito de San Antonio de Putina, se pudo comprobar que bandas internacionales se dedican a la trata de personas.



Las adolescentes Hilda y Raquel testificaron que fueron trasladadas hasta el centro minero con engaños. Ambas fueron captadas el 12 de julio de 2006 en El Alto, zona perteneciente a La Paz, en Bolivia.


Cuando Raquel, que vestía pollera, caminaba por la vía Multifuncional, dos mujeres se acercaron a ella y la convencieron de dejar su país. En el Perú, le dijeron, ganaría 600 nuevos soles al mes. Lo mismo le ofrecieron a Hilda en un lugar denominado La Ceja.



En el Perú “Érika” y “Silvia”, como las bautizaron los propietarios del club nocturno “Las Cusqueñitas” -donde laboraron desde mediados de julio hasta su rescate-, indicaron que tuvieron que caminar toda la noche para burlar los controles aduaneros de su país, hasta llegar a la frontera con el Perú: Tilali, donde no hay puesto policial. En el lugar, abordaron un bus que trasladaba mercadería de contrabando.


Al llegar, sus esperanzas se opacaron porque fueron obligadas a libar cerveza en el bar. Los propietarios de La Cusqueñita tenían sus documentos y las amenazaban con entregarlas a las autoridades, pues habían ingresado si visa de trabajo. Allí también había dos puneñas de la provincia de Sandia.


“No podíamos escapar. Después de trabajar en la noche nos encerraban con candado hasta las 8 de la mañana. Daniel Chambi nos tenía aprisionadas en la habitación todo el día, hasta llegada la noche”, aseguraron ante las autoridades.


Por beber una jarra o dos cervezas con los clientes, ganaban una ficha, que valía 2 nuevos soles. El cliente que quería llevárselas un hostal tendría que consumir 20 jarras de ron de 5 soles y pagar 50 nuevos soles al propietario del local. Una de ellas antes no había tenido relaciones sexuales.

Tras las rejas

Por estos casos, dos personas fueron denunciadas y encarceladas por delito en contra de la libertad sexual, en calidad de proxenetismo. Los inculpados purgan condena en el penal de La Capilla de Juliaca. Fueron condenados a 6 años de pena privativa de libertad. ¿Cómo cruzan la frontera?


A pie, en bus o en botes, los proxenetas trasladan a sus víctimas desde sus puntos de “acopio” en Bolivia hacia la frontera con nuestro país. En el testimonio de las menores rescatadas, se indica que tuvieron que trasladarse hasta la frontera de Hanco Hanco en Perú, caminando en horas de la noche.


Otros prefieren burlar los controles en días de festividad, como la virgen de Copacabana, y así pasar el control de Kazani. En julio de 2007, en un operativo realizado en los alrededores del cementerio de La Paz, se detuvo a dos arequipeños que habrían estado involucrados en una supuesta trata de jóvenes.


El fiscal Isabelino Gómez, de El Alto, recibió información de que dos muchachas bolivianas estaban siendo llevadas a la mina La Rinconada. El 18 julio de ese año, en un bus que tenía como destino Copacabana fueron detenidos Gerardo Mamani Ancco y Aurelia Aguirre Vásquez, quiénes son muy conocidos en La Rinconada por haber sido propietarios de bares.


Las denunciantes de nombres Eva Ramos Gutiérrez de 22 años y Miriam Emiliana Machaca de la misma edad aseguraban que fueron captadas en una agencia de empleos “Paola” de El Alto. Sin embargo, por causas desconocidas, luego de tres meses las denunciantes solicitaron el archivo del caso.



En Bolivia


Según fuentes policiales peruanas, hace unos meses llegaron miembros de la división de Menores, Familia, Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz, hasta el distrito fronterizo de Desaguadero.


El servicio de inteligencia extranjero aseguraba que, aprovechando los viernes comerciales, los peruanos compraban jóvenes bolivianas para llevárselas a La Rinconada. Esas aseveraciones no fueron corroboradas, pero en la zona no sólo se vende mercadería de contrabando, “también hay chicas bonitas por 300 pesos”, según sostiene sus habitantes.


El control de ingreso hacia nuestro país por los miembros de la Policía Nacional del Perú es casi nulo. No exigen documentos de identidad en los buses y no hay puestos policiales como los hay en Bolivia, en el sector Guaqui. Pero es fácil eludir el control abordando las rutas cortas de las “minis”-camionetas rurales-, pues los pasajeros de estos vehículos no presentan documentación alguna a los soldados bolivianos.



Las acciones


El fiscal provincial mixto de San Antonio de Putina, Germán Apaza, ya ha solicitado en reiteradas veces al jefe de la XII DITEPOL, General PNP Raúl Oscar Becerra Velarde, el apoyo de personal para realizar operativos en la zona con el fin de rescatar a menores que están internadas en estos lugares en contra de su voluntad; pero no recibe respuesta.


Becerra se justifica asegurando que se trata de un lugar muy peligroso. “En el año 2004 casi han intentado matar a un fiscal rescatando a una menor. Le echaron dinamita, casi explota en su cabeza”, refiere el general.


Desde el año pasado, las autoridades policiales se han comprometido en realizar un gigante operativo en la “gomorra” peruana: La Rinconada. El Comandante General de la Policía Nacional de Bolivia, Miguel Humberto Vásquez Viscarra, ha reafirmado su interés en la lucha en contra de la trata de personas.



DATOS:
Cerca al cielo se encuentra el centro poblado La Rinconada, ubicada a 5 mil 850 metros sobre el nivel del mar, tiene unos 35 mil habitantes.

Las convivientes de los mineros vienen asociándose para la lucha en contra de la instalación de los locales nocturnos. Sus esposos no sólo las maltratan, (60 denuncias por maltrato familiar en 2006 ante el Ministerio Público), sino que gastan todos sus sueldos en los bares.



(Publicado en el semanario EL BÚHO)

Comentarios

Hugo ha dicho que…
Felicitaciones por activar tu espacio, no me habia enterado, luego crearé un link con el mio. Chau.

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