Se requiere un kilo de chelas
Quiero tomar un kilo de chelas en estos momentos que escribo. A mi costado está un botella de champagne que sobró de la Noche Buena. Acabo de revisar mi blog, ello me insiva aún más. He releido mis artículos sobre juergas y diversiones, aquellos momentos inolvidables de mi soltería.
Ahora con Paulita al costado no puedo hacerlo, me he vuelto una renegada, alejada de las noches de bohemia, de las fiestas de matrimonios y las cientas de fi de las que era parte. No puedo dejar a mi hija, quien sufrió demasiado al inicio de este año, cuando nacía y era tan pequeñita.
Se me hace agua la boca. Desde mi ventana indiscreta veo la tienda de la esquina, podría comprar un kilo de chelas, las venden de todas marcas. Veo a mi hija y no me atrevo…
Seguro ue en tres días me daré una escapadita, buscaré a mi comadre de juergas y lo haré.
Ahora con Paulita al costado no puedo hacerlo, me he vuelto una renegada, alejada de las noches de bohemia, de las fiestas de matrimonios y las cientas de fi de las que era parte. No puedo dejar a mi hija, quien sufrió demasiado al inicio de este año, cuando nacía y era tan pequeñita.
Se me hace agua la boca. Desde mi ventana indiscreta veo la tienda de la esquina, podría comprar un kilo de chelas, las venden de todas marcas. Veo a mi hija y no me atrevo…
Seguro ue en tres días me daré una escapadita, buscaré a mi comadre de juergas y lo haré.
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