Juerga con reflexiones
Por: Yop Cuando subí al statión wagon color blanco a la que me invitó una amiga de hace años, aún no había imaginado que esa tarde podría conocer muchas experiencias que de seguro marcará mi vida. Era una tarde normal, al menos eso pensaba cuando aborde el auto. Recuerdo que era fin de semana y podía beber un poco de copas de alcohol para el relax. En fin, ya era viernes y no podría privarme de un par de cervecitas. Mi olfato no me falló, el auto, que en un primer momento aparentaba tranquilo, de seguro ya había sido testigo de juergas, a esas que califican de malditas. De repente recorrió cantinas y bares en busca de un cuaderno, pues una de las amigas de Brenda, había dejado su libreta en alguna parranda de universitarios. Al encontrar su pertenencia, la chica de los ojos dormilones, subió y dijo que podía invitarnos una par de chelas. El sol aún no se había ocultado, como queriendo empujarnos al vicio del kilo. No rechacé la propuesta, pues de seguro Brenda podría enojarse, eso me l...